En 1979 el biólogo Lyall Watson hizo público un descubrimiento absolutamente fascinante, en su libro Marea De Vida.
El suceso se desarrolló entorno a una familia de simios habitante de una isla del archipiélago de Japón, a la que se le ofreció una nueva comida consistente en papas recién cosechadas cubiertas de tierra.
Los simios al disponer de otros alimentos que no requerían de ningún tipo de preparación, al principio rechazaron los tubérculos sucios.
Al fin una mona resolvió el problema, al descubrir que las papas podían lavarse en un arroyo. Acto seguido, le enseñó lo aprendido a su madre y a algunos miembros de su tribu.
Entonces ocurrió una cosa notable. Una vez hubo adquirido este conocimiento en un número suficiente de monos, otros monos que no tenían ningún contacto con los de aquella tribu, e incluso los que vivían en otras islas, empezaron a hacer lo mismo.
Era físicamente imposible que estos otros monos se hubieran comunicado de alguna manera con la tribu originaria y, sin embargo, sin que se supiera cómo, el conocimiento se generalizó.
El fenómeno es extraordinario, pero no único. Son numerosos los ejemplos de individuos que, sin existir ninguna vía de comunicación entre ellos, han actuado en admirable consonancia.
Un emprendedor tiene una idea y simultáneamente otros tres emprendedores, “al otro lado del mundo”, conciben exactamente la misma idea. ¿Cómo ocurre eso?
Nadie lo sabe exactamente, pero algunos científicos destacados e investigadores de la mente, como el físico David Bohm y el biólogo Rupert Sheldrake, creen que existe una suerte de conciencia colectiva de la que todos podemos beber.
¿A dónde quiero llegar? Presta atención:
Nadie tiene claro de dónde provienen o cómo es que nacen las ideas, pero lo que ahora sabemos es que esa brillante idea de negocio que se ha posado en tu cabeza, se ha posado –sin ninguna duda– en la cabeza de un centenar de individuos.
No son pocos los emprendedores a los que escucho decir: “¿Vieron el nuevo servicio/producto que están ofreciendo? Se me ocurrió lo mismo, hace algún tiempo”.
¿Cuánto vale una idea?
Absolutamente nada, si no eres capaz de llevarla al mundo de los hechos. Hoy día sigue más vigente que nunca el aforismo:
“El que golpea primero, golpea dos veces”
¿Cuánto tiempo más vas a permitirte dejar pasar ideas, oportunidades, posibilidades de impactar y generar valor en otros, (y, en consecuencia, a ti mismo)?
Si estás listo para ponerte en acción, pero careces de método, escríbeme, prometo responderte. Tienes mi palabra, ahora por escrito.
*Rupert Sheldrake, biólogo licenciado por Harvard y doctorado por Cambridge, ha publicado sus ideas en A New Science of Life. El físico David Bohm es más conocido por sus trabajos sobre paradigmas holográficos; véase su libro Wholeness and the Implicate Order.
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Como bien sabes, las reglas del juego en los negocios son cambiantes, lo que hoy funciona necesariamente no tiene asegurado el éxito el día de mañana. Crecer nos exige pisar constantemente terreno desconocido, nos exige salir de nuestra zona de confort.
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Autor: Jorge Chozo
Especialista en aceleración de negocios.
“No olvides que acelerar tu emprendimiento depende de lo que haces con tu cabeza, corazón y manos”.