Imagina que vas a un restaurante buffet de pescados donde puedes elegir todo lo que quieras, hay abundancia y variedad, y puedes escoger entre las más de 1,000 especies de pescado.
Uno de los mozos se acerca, y tú le dices: quiero pescado. Con tu orden, el mozo elige uno entre los más de 1,000 y te lo trae a la mesa.
Cuando lo ves, dices: no, esto no es lo que quiero. Pero valgan verdades, el mozo puso sobre tu mesa pescado. Tu deseo fue cumplido. ¡Ah! ¿No era el pescado que querías? Aquí la pregunta de los mil millones:
¿Cuál de los 1,000 pescados quieres?
Préstame atención:
Nuestro cerebro trabaja en base a imágenes exactas y bien definidas. Cuando dices cosas como, “yo sí sé lo que quiero, quiero ser rico”, o “quiero ser feliz”, o “quiero ser un emprendedor exitoso”, o “quiero una pareja que me ame”, etc., son objetivos tan imprecisos, tan poco específicos, que tu mente no puede identificar y entender.
No sé tú, pero yo no conozco a persona de éxito que no tenga sus objetivos puestos por escrito, de forma clara y precisa.
Cuando no tenemos metas claras a las que mirar, nos dispersamos, no somos capaces de materializar nada nuevo en nuestras vidas, en nuestros emprendimientos, y en ningún ámbito.
Donde ponemos nuestra atención, ponemos nuestra energía y es precisamente ahí donde sucede la magia.
No me creas a mí, ponlo a prueba, experimenta, intenta cosas nuevas. Apuesta por el «hacer para ver».
Te desafío a que cortes con tu bendita inexactitud, definiendo con claridad (y por escrito) tus objetivos e inmediatamente ¡Manos a la obra!
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Autor: Jorge Chozo
Consultor, mentor y speaker.
Founder & CEO of Chozo Marketing.
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“No olvides que acelerar tu emprendimiento depende de lo que haces con tu cabeza, corazón y manos”.